Cinta

viernes, 23 de julio de 2010

La próxima burbuja

Si hace unos años caminabas por las calles de cualquier ciudad y podías encontrar más inmobiliarias que bares; ahora lo que se encuentran son más negocios de compra venta de oro que bares. Es curioso cómo un negocio y sector que operaba en la sombra, de tapadillo y buscando la intimidad y privacidad necesaria para la tranquilidad de los clientes, ha pasado a primera línea de cualquier ciudad.

En el año 2000, depositar joyas en una casa de empeño o venderlas fuera del circuito de los Montes de Piedad era una tarea bastante compleja. En ciudades con menos de 100.000 habitantes, rara vez se podía encontrar este servicio. Actualmente, este tipo de negocios ha crecido exponencialmente, generado por la necesidad de dinero rápido a todos los niveles.

La especulación con las joyas se está convirtiendo en una tónica, dado que el precio del oro como metal se encuentra en máximos y cualquiera que tenga una economía saneada, puede adquirir joyas de segunda mano a mejor precio que en una joyería. Sin pasar por alto tampoco, los precios sumamente bajos que se ofrecen en muchas casas de empeño frente a otras figuras como los montes de piedad que adoptan condiciones más ventajosas. En este juego, obtener un diferencial positivo a favor de la casa de empeños es realmente sencillo.

Todos estos factores generan, que al igual que hace diez años cualquier persona se encontraba capacitada para emprender un negocio con una inmobiliaria, bien propia o bien franquiciada, los locales destinados a la compra venta de oro están en auge. Se requieren ciertos conocimientos de joyería, pero tampoco son excesivos, porque al fín y al cabo, hablamos de peso, metales y comprobación de purezas mediante distintos sistemas.

A la vuelta de unos años, este sector estallará, en el momento que la economía se recupere y el precio del oro vuelva a niveles inferiores a los que se encuentra actualmente, pero en estos años, muchos van a seguir haciendo su agosto con este tipo de operaciones mercantiles. Negocios de típicos de crisis desde luego, pero no exentos de riesgos.

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