Como la avaricia será uno de
nuestros peores enemigos, debemos buscar un objetivo y cerrar esperando que
casen los contratos dentro de un tiempo razonable y conseguirlo, en vez de
aguantar las posiciones a ver si le sacamos algo más.
Lo peor en esta operativa es un
gap bajista fuera de nuestro último contrato comprado Put, quedando menos de
3-4 días para expiración. Además de perder todo los gastado en los contratos
(recuerda que estamos trabajando a debit y no credit), ya que no ingresaremos
ninguna prima, no tendremos margen de maniobra para rectificar nuestras
posiciones y rectificar la situación.
Es cierto que podemos rolar, pero
eso solo compensa cuando usamos credit spreads. Al cerrar una posición que ya
pierde, asumimos esas pérdidas y volver a colocarnos en otro vencimiento, con
un supuesto mejor timming será eso: supuesto.
Esta operativa es lo bastante
segura como para hacer beneficios de forma regular (siempre que acompañemos al
precio en sus reacciones y le mantengamos dentro de la “tienda”, claro). De
esta manera, debemos dejarnos un máximo de 10-7 días antes de expiración
para cerrar nuestras posiciones. Claro que se puede y, si se tiene
suficiente experiencia, manejar las posiciones para mantener al precio dentro
del rango positivo que marquemos, pero tendrá que compensar el riesgo.
Y, ¿qué objetivo sería bueno-razonable-alcanzable? Como los cálculos con
tantas posiciones son complejos, a mí me resulta más fácil utilizar uno de
estos dos:
Usar el 30% del margen requerido por el broker vs. Coste de las
posiciones
Usar el 30% de máximo beneficio según el gráfico de análisis
Más de una vez me he arriesgado
hasta el final, dejando vencer los contratos tratando de añadir posiciones que
contrarrestasen pérdidas ya latentes, esperando que, como por arte de magia y
en el último momento, se solucione “solo”. Depender de la “ciencia infusa”
aumentará nuestra frustración, porque será apagar fuegos con gasolina.
Ya solo nos falta decidir cuánto
estamos dispuestos a perder si nos equivocamos. Bueno, en realidad creo que
esto deberíamos de decidirlo antes de
entrar. Lo mismo que nos hemos puesto de objetivo de ganancia nos
sirve, porque si tenemos un 80% de ganadoras (o que podemos perder 2 de cada 10
operaciones), siempre saldremos bien parados.
¿Y si me pongo menos objetivo de
beneficio para reducir aún más esas probabilidades de drawdown?
Mientras se
cubran todos los gastos y estemos cómodos con lo ganado, no veo el problema por
ninguna parte.
De hecho, dentro de esta entrada,
voy a hacer un ejercicio de “contabilidad” que refleje como ha quedado la
liquidación de posiciones y su comprensión en la plataforma de negociación que
usamos.
Empezamos la semana con los
índices así:
Sus formaciones son siempre muy
parecidas, la verdad.
Y nuestra cuenta, así:
Esperaremos al día siguiente para
ver la evolución.
Como el miércoles va a ser el día
de los ajustes en el Eurostoxx, intentaré reflejar todos los pasos y
explicarlos:
Realizar todo esto y buscar en el
histórico de órdenes es fácil pulsando en el botón “Ejecutadas” y localizando
cada contrato.
Pero lo que quería mostrar es como el precio que fijamos para
cerrar los contratos (estos se cierran vendiendo los comprados y comprando los
vendidos… por si acaso alguien no se acuerda) es una cantidad “límite” a la que
estamos dispuestos a cerrarlos, es decir, si he comprado a 10, querré perder lo
menos posible aprovechando la fluctuación del precio del contrato en el mercado
y si nos están ofreciendo “venderlo” por 3, intentaremos venderlo por 4, para
perder 6 en vez de 7.
Esto, claro es la teoría de lo que hay que hacer y pueden
pasar horas (o días..., no es broma porque dependemos del tipo de subyacente y
su liquidez; no es lo mismo un ETF que mueva cada día 15 millones de contratos
que una “penny stock” que no conoce ni Dios, con el consiguiente riesgo de
asignación) hasta casar el precio que ofrecen por el nuestro.
Pero como la
madre de todas las ciencias es la paciencia, bastará con cultivarla un poco y
mover unas pocas décimas nuestro precio cada vez que se desvíe demasiado para
conseguirlo.
Veamos el ejemplo real (hay que
verlo despacio, leyendo todos los textos sobrescritos, para entenderlo bien)
que he documentado para esta entrada, sobre uno de los contratos para el ajuste
del Eurostoxx:
Espero que quede claro el precio
al que se compraron los contratos, el precio límite que decidimos para
venderlos y su precio de liquidación.
Para saber el rendimiento de este
ejemplo tendríamos que:
Compra de 2 contratos con strike 3050 con prima 75,30 puntos del
Eurostoxx a 10 € cada punto = 1560€
Venta de 2 contratos con strike 3050 con prima 150,90 puntos del
Eurostoxx a 10 € cada punto = 3018€
Diferencia, en este caso, a nuestro favor: 1458 €
Solo queda restar las comisiones
que cobra el broker (3€ por contrato por entrar y otro tanto por salir):
1458 – 24 = 1434€
Queda restar y sumar el resto de
contratos comprados vendidos en todo nuestro ajuste, incluidas las nuevas
posiciones:
Viendo la parte con recuadro más
negrita, vemos el total del rendimiento, el riesgo asumido y, en consecuencia,
el retorno obtenido con él. La parte de abajo son las nuevas posiciones.
Y, ¿por qué no se ve reflejado en
la cuenta? Pues porque hay otros contratos con pérdidas, otros con ganancias y
garantías. Pero, en conjunto, la cuenta crece que es de lo que se trata.
Ahora, ya que estoy sustituyendo
la Bear Put que se suele utilizar en las Iron Condor Asimétricas por Butterflies,
quizá habría que empezar a llamarla “Weirdfly”.