Resumen
de las semanas entre el 1/10/18 y el 31/10/18.
Desde
hace un par de entradas, el que me lea, se habrá dado cuenta de que he
introducido contratos de opciones como complemento más que como cobertura de la
cartera.
He
demostrado que para los que les parece demasiado complejo usar un CAPM, VAR o
cualquier otro modelo de valoración de acciones “de libro” utilizado por los
gestores de carteras profesionales, es “imprescindible” para decidir en qué
empresas invertir y se puede sustituir por el nuestro, publicado aquí,
creándonos una cartera rentable.
Otra
cosa que queda por añadir es mi idea de un “número de Graham”,
padre de las fórmulas de valoración de acciones de bolsa ya que, puestos a
poner una fórmula “simple”, que no simplista, que no tiene en cuenta el
endeudamiento de cada empresa donde se aplique (cosa que si hace nuestra propia
fórmula), nos facilite el llamado valor
intrínseco de una acción.
Ese
valor, se define como su “verdadero valor”, es decir, el valor al que “debería”
cotizar la compañía de acuerdo a sus ratios contables. Esto se calcula sobre la
base del beneficio monetario que se espera recibir de él en el futuro.
Pongámoslo de esta manera: es el valor máximo en el que se puede comprar el
activo, sin perder en el futuro cuando lo vendamos.
Una
explicación menos técnica sería pensar que las acciones que compremos de una
empresa, son un piso que vamos a alquilar, donde la renta a obtener se asimila
a los dividendos que ofrecen las acciones. Cuando la estrategia de comprar y
mantener (Buy & Hold) en el Value Investing es la habitual, puede que el
horizonte temporal sea de, pongamos un mínimo, 10 años. Esto, pasado a la renta
del alquiler del piso, supone multiplicarla por esos 10 años más el
posible valor de venta del piso también después de esos 10 años. Ese sería el
valor intrínseco de nuestro piso.
Claro,
que en ese intervalo está la inflación y riesgos más comunes que infravaloren
nuestra propiedad (impago de renta, reformas en el inmueble, subida de tasas,
derramas en la comunidad, etc.), que representaría un modelo de cálculo llamado
Descuento de Flujo de Caja (Discounted
Cash Flow).
Estas
fórmulas de valoración “de libro”, son perfectas, si tienes el tiempo, los
datos y las ganas para su cálculo. El inversor medio, ni lo tiene ni quiere
tenerlo. Básicamente quiere poner su dinero y, después del tiempo al que se ha
comprometido dejarlo, recibir el rendimiento “pactado” con anterioridad a ese
compromiso.
Como
esto no es un depósito en un banco a tipo fijo, hay que “currárselo” un poco
más.
Bastante
más simple, fácil de encontrar y calcular ese “valor intrínseco” que se utiliza
en el análisis fundamental, será nuestro Valor
Intrínseco Relativo, comparando el precio de cotización con alguno de los
ratios que ya tenemos o que podemos ver en alguna web financiera ya calculado.
Usaremos
2 ratios usados habitualmente:
-
Precio sobre
Beneficios (Price to Earnings, P/E - el archiconocido y usado PER)
-
Beneficio por
acción (Earnings per share, EPS – BPA para la “piel de toro”)
El
1º, del que ya hicimos una explicación más exhaustiva aquí,
compara el precio de cotización sobre los beneficios que obtiene la empresa por
acción, diciéndonos que por cada € de beneficio que obtiene la empresa,
pagaremos el valor del ratio y que podemos también comparar con otras empresas
del sector para encontrar un valor relativo.
El
2º, que está en la misma entrada anterior más explicado, es lo que gana la
empresa por cada acción.
He
de decir que la importancia del enfoque de valor relativo radica en el hecho de
que utiliza tanto los fundamentos propios de la empresa como las tendencias del
mercado para calcular ese valor intrínseco. Esto lo hace más realista, pero
propenso a fallos. Si los “fundamentales” cambian mucho en el futuro, se puede
probar que su valor intrínseco es falso, dejando todos nuestros sesudos
cálculos sin importancia.
Los
datos que necesitamos, se sacan ya listos para copiarlos de una página como
esta:
Estos
2 valores los multiplicaremos para obtener ese Valor Intrínseco Relativo:
P/E o PER * BPA o EPS = Valor Intrínseco Relativo
Interpretación:
Si
la cotización está por ENCIMA del Valor Intrínseco Relativo:
SOBREVALORADA
Si
la cotización está por DEBAJO del Valor Intrínseco Relativo:
INFRAVALORADA
Pues
solo queda añadirlo a nuestra Excel:
De
esta manera, vemos rápido y claro si estamos comprando “caro” o “barato”.
Vamos
con el resumen de la cuenta de todo el mes:
Se produce la liquidación del remanente de contratos sobre Merck.
Esto
es lo que hemos hecho durante el mes de Octubre.
Hasta
la próxima entrada. Sl2.
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